EL VERDADERO SÚPER CLÁSICO (CUENTO)



Todo se había paralizado, no se hablaba de otra cosa. Hasta doña Nené, fanática de uno de los clubes y chusma de profesión, se había olvidado por un rato (solo por esa semana) de contar la vida de tal o cual, de lo que hicieron y no hicieron, de los amoríos y traiciones temas tan particulares e importantes de todo barrio. En cada esquina solo se comentaba que sería "el partido" y después morir o tocar el cielo con las manos. Los jugadores de cada equipo se encontraban concentrados, nadie podía ni acercárseles por que podrían ir al otro bando a contar algo que podría perjudicarlos. 
Las apuestas estaban divididas, algunos decían que el elenco dirigido por don Marcelo tenía una pequeñísima ventaja por sobre el de don Guillermo, pero nadie se atrevía a arriesgar un resultado, es que el fútbol es una ciencia incierta, no es perfecto y hasta un pequeño detalle podría trastocarlo todo. Los días eran interminables y solo quedaba esperar a que los dos equipos dirimieran en el campo de juego quién era el mejor, pero había algo aún más importante, el preciado premio que se entregaría al ganador. 
Algo único por cierto que todos anhelaban más allá de la gloria. 

Todo estaba listo aquél sábado de noviembre y comenzó a rodar la pelota en el club Esperanza. Dep Rodríguez y Paso del puente jugaron un partidazo y hubo un ganador que festejó con sus vecinos el título pero gracias a que todos eran amigos fuera de un simple cotejo de fútbol se decidió por unanimidad que los dos equipos se repartieran el premio. 

Fueron a la casa de doña Herminia y juntos comieron los ravioles más ricos del mundo, un verdadero super clásico...

Que haya paz por siempre, es solo un juego...      

Comentarios

Muy lindo tu micro! Ojalá el fútbol fuera más deporte y diversión en lugar de ser un negocio.
Abrazo!!
Gracias mi amigo, lo escribí luego de las idas y vueltas que trajo el River Boca, con agresiones, acusaciones y todo eso que lastima tanto a ese hermoso deporte. Un abrazo

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